Cómo enseñar arte a los niños, según Mark Rothko

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El arte moderno se caracteriza por ser abstracto y conceptual. La referencia a diferencia de un estilo de arte clásico, por ejemplo, se pierde totalmente, y es necesario, a veces, asistir a las explicaciones de los autores o curadores para encontrar alguna fuente de interpretación.

Mirar las pinturas de Mark Rothko, para alguien desprendido, pueden hacerle pensar que sus pinturas podrían haber sido pintadas por cualquiera, incluso por un niño. (Lea también: Tapas de alcantarilla se convierten en obras de arte en Japón)

Rothko, uno de los más grandes pintores contemporáneos, fue profesor de escuela por cerca de 20 años en el Brooklyn Jewish Center, y para sus estudiantes (niños desde el Kínder Garden hasta el octavo grado), nunca fue el visionario artista que conocemos hoy, solo fue “Rothkie”: “el miembro más amable, simpático y cálido de toda la escuela”, dice Martin Lukashok, quien fue alumno del prestigioso pintor, según declaraciones a la revista de arte Artsy.

Pero decir que el expresionismo abstracto de Rothko era “trabajo de niños” puede ser, de hecho, un cumplido para la obra del artista, quien admiraba el arte infante, elogiaba la frescura, autenticidad e intensidad emocional en sus creaciones.

Precisamente su preocupación por la educación artística de los niños lo llevó a escribir un ensayo titulado New training for future artists a and art lovers” en 1934. (Lea también: El Festival Centro vuelve este año en febrero​)

Rothko esperaba que fuera un libro, pero no pudo completar su proyecto que dejó más de 49 hojas de notas sobre el tema recopiladas en lo que se conoce como The Scribble Book”.

Aquí se detallan algunas lecciones que Rothko esperaba que todo maestro de arte debería saber para enseñar. A continuación, se reseñan 5 de esas lecciones.

 

1. Muestre a sus estudiantes que el arte es una forma universal de expresión, como lo es cantar o hablar

 

Todos podemos hacer arte, eso pensaba Rothko, incluso sin ningún tipo de talento innato o entrenamiento profesional, pues el arte se trata sobre todo de expresión, afirmaba el pintor.

El arte para este pintor es parte esencial de la experiencia humana. Y así como los niños son capaces de recordar con facilidad historias o imaginaciones, puede según Rothko convertir todas esas obervaciones e imaginaciones en arte. 

De hecho, el pintor creía que quitarle a un niño la posibilidad del arte podría ser tan dañino como negarle el acceso a aprender su idioma. (Lea también: Distrito ofrece talleres gratuitos en artes)

Los niños, pensaba Rothko, transforman de manera natural sus emociones en una experiencia visual que todos pueden entender: "Los niños tienen ideas, a menudo buenas, y las expresan vívida y bellamente, para hacernos sentir lo que sienten. Por lo tanto, sus esfuerzos son intrínsecamente obras de arte”, afirma el artista en sus notas.

 

2. Tenga cuidado con suprimir la creatividad de un niño con entrenamiento académico.

 

La expresión de un niño para Rothko es frágil. Asignar tareas artísticas con parámetros estrictos o enfatizar la perfección técnica rápidamente puede quitar el interés del niño. Por eso, no hay que empezar enseñando sobre el dibujo, sino sobre el color, explica Rothko.

Rothko hacia que sus estudiantes tomaran cualquier material y lo usaran de manera libre. (Lea también: Samuel Rodríguez: de espectador a creador de arte)

“Inconscientes de cualquier dificultad, cortan el camino y superan los obstáculos que pueden volverse canosos para un adulto, ¡y presto! Pronto sus ideas se vuelven visibles en una forma claramente inteligente", dice el pintor.

Para Rothko era más valiosa la capacidad de canalizar el mundo interior hacia el arte que el dominio de técnicas académicas.

 

3. Exponga las obras de sus alumnos para mantener su autoconfianza.

 

“Nunca fui bueno en arte, pero él te hacía sentir que estabas produciendo algo realmente importante, algo bueno”, dice uno de sus alumnos, Gerald Phillips, a la revista Artsy. (Lea también: Las confesiones visuales de la guerra colombiana)

La responsabilidad primera del maestro de arte, pensaba Rothko, es fomentar la autoconfianza. El Rothko maestro de niño organizó exhibiciones públicas en New York, una de ellas en el Brooklyn Museum en 1934 con más de 150 piezas de sus estudiantes.

Rothko también quería mostrar a los críticos que las bellas artes solo requieren una intensidad emocional para tener éxito.

 

4. Introduzca a la historia del arte con arte moderno (no con los viejos maestros del arte)

 

Para Rothko, el Modernismo debería ser el punto de partida de una clase de historia del arte.

De hecho, pensaba el pintor, los niños podrían familiarizarse con pinturas de Henri Matisse, o Pablo Picasso mucho más rápido que con maestros clásicos del arte.

Estos modernistas plasman unas formas de expresión visual muy personales que van más allá de las técnicas estándar de la pasado.

"El arte moderno no ha sido oscurecido por el estilo y la tradición como el de los viejos maestros. Por lo tanto, es particularmente útil para nosotros pues sirve como intérprete para establecer la relación entre el niño y la corriente del arte", explica Rothko.

 

5. Trabaje para cultivar pensadores creativos, no artistas profesionales

 

Rothko creí que el arte podía ayudar a quien lo practica a ser más consciente de si mismo y de los otros, por lo tanto, cultivaba la empatía y la colaboración y esto, a largo plazo, forma mejores ciudadanos.

Aun cuando perdieran placer y gusto por su propio arte, Rothko esperaba que encontraran placer en el trabajo y el arte de otros.

Cuando Rothko dejó su puesto como profesor de escuela, se volvió más expresivo, y muchos que han estudiado su obra y vida creen que sus jóvenes alumnos de escuela lo inspiraron y, gracias a ello,s dio el conocido giro hacia el expresionismo abstracto que le hizo famoso.

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